Los estudiantes generación ‘V’ o bien llamados virtuales no tienen cara, no se conocen entre sí, pero trabajan por un objetivo en común. Cambiaron el tablero por el mouse y decidieron estudiar desde sus casas o desde cualquier lugar del mundo donde exista una conexión a Internet.
Así empieza el artículo del 17 de septiembre del 2006, sobre la era de los estudiantes de la generación V, de la redactora para Universia, Mónica Quintero G., quien expone algunos casos sobre esta nueva modalidad de estudio que se viene abriendo paso desde hace poco en el territorio Nacional.
Esta generación V (de Virtual) es considerada por muchos estudiosos del tema, como la primera que tiene más conocimientos que la generación que la precede. De aquí parte el conflicto cuando se trata de estudiar este fenómeno, pues la educación a distancia siempre se caracterizó por un mayor saber concentrado en manos del tutor, en cambio el maestro de ahora, tiene que lidiar con algunos alumnos que saben más que él de lenguajes HTML, o plataformas, o envío de documentos.
Sería exagerado desequilibrar la balanza con tanto peso, y se debe considerar que en muchos casos los alumnos que acceden a su educación por medio de los cursos virtuales no tienen las bases mínimas para empezar. Prueba irrefutable de esto es la gran deserción que se vive en el medio, por lo menos en Colombia.
Países Europeos con buena efectividad en el proceso, como Dinamarca y Suecia, gozan de los primeros puestos gracias en gran medida a la infraestructura de telecomunicaciones que poseen. Sus conexiones a Internet son veloces y sus máquinas también.
En el caso Latinoamericano, la generación V se ve afectada en primer lugar por el bolsillo. En el caso de Colombia, los precios de las máquinas aún son altos (han ido bajando paulatinamente, a la vez que se difunde más la cultura de la educación a distancia) y la gente de medianos recursos no puede optar por las velocidades a Internet más altas. Si nos concentramos en la población menos favorecida (que irónicamente es la que más debería beneficiarse de un curso virtual), vemos que éstos quedan excluidos por los precios que se viven actualmente en el mercado.
Así empieza el artículo del 17 de septiembre del 2006, sobre la era de los estudiantes de la generación V, de la redactora para Universia, Mónica Quintero G., quien expone algunos casos sobre esta nueva modalidad de estudio que se viene abriendo paso desde hace poco en el territorio Nacional.
Esta generación V (de Virtual) es considerada por muchos estudiosos del tema, como la primera que tiene más conocimientos que la generación que la precede. De aquí parte el conflicto cuando se trata de estudiar este fenómeno, pues la educación a distancia siempre se caracterizó por un mayor saber concentrado en manos del tutor, en cambio el maestro de ahora, tiene que lidiar con algunos alumnos que saben más que él de lenguajes HTML, o plataformas, o envío de documentos.
Sería exagerado desequilibrar la balanza con tanto peso, y se debe considerar que en muchos casos los alumnos que acceden a su educación por medio de los cursos virtuales no tienen las bases mínimas para empezar. Prueba irrefutable de esto es la gran deserción que se vive en el medio, por lo menos en Colombia.
Países Europeos con buena efectividad en el proceso, como Dinamarca y Suecia, gozan de los primeros puestos gracias en gran medida a la infraestructura de telecomunicaciones que poseen. Sus conexiones a Internet son veloces y sus máquinas también.
En el caso Latinoamericano, la generación V se ve afectada en primer lugar por el bolsillo. En el caso de Colombia, los precios de las máquinas aún son altos (han ido bajando paulatinamente, a la vez que se difunde más la cultura de la educación a distancia) y la gente de medianos recursos no puede optar por las velocidades a Internet más altas. Si nos concentramos en la población menos favorecida (que irónicamente es la que más debería beneficiarse de un curso virtual), vemos que éstos quedan excluidos por los precios que se viven actualmente en el mercado.
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Para acceder al documento de Mónica Quintero G. sobre la generación V, visite:
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